La
justicia selectiva
Por
Julio Caballero
Lo acontecido recientemente en nuestra patria me hace recordar un
cuento muy grafico, un ambulante de sandias iba con su carreta llena por una
calle muy empinada, en la parte de abajo se encontraba una limusina muy lujosa
estacionada con su chofer, cuando por efecto del peso la carreta empieza a
rodar pendiente abajo, y mientras bajaba aceleradamente iba golpeando rayando y
aboyando a los carros estacionados en esa calle, a la hora del juicio, todos
los juicios por daños y perjuicios se hicieron al dueño de la limusina
esperando que él los pague, parece una broma, pero esa es la diferencia del
abuso y de la justicia, y es que cuando hay intereses no importan los hechos,
la justicia trata de los hechos y no de los intereses, aquí se ha trastocado la
justicia y ya no contamos con ella, no hay garantías, se rompió el estado de
derecho.
Sí, ya sé que los que piensan como la prensa mermelera, dirán que los que pensamos que se ha roto el equilibrio de poderes y que ahora se ha roto el estado de derecho somos fujimoristas, la propaganda pagada por el poder ejecutivo con el dinero de todos los peruanos separó a los del pensamiento único de los demás que son fujimoristas es que no se puede ser de otro grupo, o de otras ideas, sólo ven blanco y negro, unos ingenuamente, otros interesadamente, es más fácil destruir a un rival en ideas si lo acusas de fujimorista, ese es el fruto de la educación no formal de nuestros medios de comunicación masivos, está produciendo un reduccionismo cultural, es decir personas con muy pocas ideas, y un enanismo mental, que es la incapacidad de tener ideas propias, junto a la incapacidad para poder evaluar su realidad.
Así es en nuestro mundo postmoderno, la razón y el uso del raciocinio
cansan, agotan, es mejor evaluar de acuerdo a los gustos, si me gusta bien, si
no mal, la libertad requiere raciocinio, es necesario reconocer los hechos y tu
realidad para poder escoger el bien entre las opciones que se te presentan, si
no haces esa evaluación no eres libre, eres como el refrán español, “¿Adónde va
Vicente?, adonde va la gente”, eres solo un número más en las estadísticas de
la masa que tanto le encantan al dictador de palacio.
Pero éste artículo no pretende dibujarnos nuestra realidad, cada uno
más o menos debe saber a qué atenerse, mi artículo va por lo que se viene en el
corto plazo, el comunismo, elegantemente llamado progresismo, es
sustancialmente anti-sistema, es el cáncer de los estados, institución que
capturan, ya no sigue las reglas, no interesa la ley ni la constitución, menos
la ética o la moral, todo vale para convertir esa institución en parte de la
maquinaria política al servicio del partido, a la cúpula, si capturan el poder
judicial, ya no interesa la justicia, se convierte en persecución política, si
capturan la mayoría de los medios de comunicación, se disfrazan bajo el
paraguas de la libertad de prensa y desde allí desaparece la libertad de
información y la prensa se convierte en la maquinaria de propaganda del
partido, como el cáncer hace metástasis y avanza hasta matar al sistema.
Si capturan el poder ejecutivo, los servicios de inteligencia se
convierten en los seguidores de la oposición, en los creadores de las cortinas
de humo, mientras se sigue desmantelando los mecanismos de contrapeso y
fiscalización del estado, los dineros públicos para obra se destinan al
partido, o a los amigos de la cúpula, y para cimentar la infraestructura de
control poblacional con los nuevos referentes culturales, la suplantación de
las instituciones formales del estado y la aparición de los comités de
notables, total no importa si los decretos emitidos trasgreden la legalidad,
para eso se capturó previamente el tribunal constitucional, para hacer leña de
la constitución como reiteradamente nuestro tribunal constitucional la ha
violentado para decir lo que no dice nuestra carta magna.
Lo único que quedaba libre era el congreso, pero el reglaje uno a uno,
y el encarcelamiento con las leyes fabricadas en el crisol de las ONGs a su
cargo, lograron darle una apariencia de legalidad a la persecución política
judicial, de ésta forma ha quedado licuado cualquier intento de fiscalización o
llamado al orden desde el congreso, nada más ver como se han dinamitado todos
los mecanismos de supervisión del sistema de justicia y el nombramiento de las
nuevas organizaciones paralelas al poder formal, los llamados “Comités de
integridad” en clara violación de nuestra constitución y en manos de los
progresistas caviares auto-nombrados notables, ha todo esto y que pasó con los
Odebrecht?, y el caso Chincheros? bien gracias, gozan de salud y tienen para
hacer negocios para rato.
El paso que viene, especulo, es el del complejo de Herodes, requiere
ya no sólo decapitar a toda cabeza que pudiera darle sombra como en la época de
Luis XIV y su absurda persecución y encarcelamiento de los templarios narrada
magistralmente por Andre Druon en su obra “Los Reyes Malditos”, ahora el menor
resquicio de divergencia será perseguido, la fase de la imposición cultural
tiene la luz verde, es un regreso en el tiempo al siglo del terror, y es que el
problema cuando no existe estado de derecho, sólo queda la fuerza, y los
auto-nombrados notables una vez empoderados con la concentración del poder
seguirán a la aplicación de la fuerza, para eliminar cualquier oposición
nombrada corrupta y perseguida, esta historia ya la hemos vivido, la mayoría no
lo recuerda, fue la dictadura comunista del Velascato.
Alguno dirá como es eso que no hay estado de derecho?, verán en
cualquier País decente, primero los testimonios de los llamados colaboradores
eficaces se toman con pinzas, se deben verificar fehacientemente antes de
tomarlos en cuenta, y esto porque no faltará un delincuente que quiera echarle
el guante a algún rival, y en vez de servir a la justicia, esto termina
sirviendo a los pillos, segundo las prisiones preventivas además de requerir al
menos tres condiciones que se deben cumplir obligatoriamente, nunca exceden los
seis meses, en algunos casos incluso no existe este mecanismo debido a que es
obligación de la justicia primero probar su caso y el acusado debe tener la
posibilidad de defenderse en un debido proceso para de ahí poder ir recién
preso y tercero que normalmente el delincuente que ha realizado el delito no
puede ser colaborador eficaz, es como el caso del ladrón que roba un banco mata
a un policía, y pide ser colaborador eficaz para acusar a un empleado del
Banco que era su cómplice, en éste caso no se puede apoyar la impunidad ni la
disminución de pena del que directamente comete un delito.
Los detractores dirán que así como están las cosas saldrá un
colaborador eficaz que dirá que escucho bla, bla, bla y sin más se irá preso 36
meses sin que el fiscal siquiera prepare su caso, si Ud. es opositor al régimen
o tiene ideas diferentes, no faltará la sin razón para que lo persigan, los
siguientes días nos mostrarán más de lo mismo, esta Ud. advertido.
Finalmente invocar el sentido común a Ud. Señor lector, la justicia
trata de los hechos no de los intereses ni de los gustos, los hechos concretos
a transgresiones especificadas claramente en la ley son las que determinan la
culpabilidad o la inocencia de las personas, el imperio de la ley es vital en
una sociedad democrática y donde reina la libertad, donde uno pueda contar con
las garantías de poder ejercer sus derechos. Por más que a Ud. no le
guste una persona, no se le puede quitar la libertad, ni su prestigio, cuando
se pierde la justicia reina el abuso, la arbitrariedad, la fuerza y la
esclavitud, es el reino del terror, el que exista un resultado arbitrario
diferente ante la justicia de acuerdo a los gustos o intereses sostenido en
subjetividades y no en los hechos no es justicia.
Iniciemos una cruzada nacional para recuperar el imperio de la ley y
corregir expresamente las normativas que permiten que se cometan estos abusos
como la legislación de la colaboración eficaz y la legislación sobre el
tratamiento del crimen organizado asimismo supervisar el mal uso de la
infraestructura del estado para la persecución a los opositores amparados en
las coartadas de los “casos complejos” o de “la corrupción” y recuperar la
institucionalidad, el sistema esta moribundo, la única forma de salvarlo es
recuperar las instituciones, es necesario también recuperar la libertad de
información, eso implica detener el flujo ilegal de la mermelada estatal a la
concentración de medios y a la compra de las líneas editoriales, otra cosa es
la autodestrucción.